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SIMBIOSIS... poesía intimista

SIMBIOSIS Hubo un momento donde la gravedad de las letras se volcaban, eran benévolas y asiduas por sí solas, profetizaban en un despliegue de estrellas, sin santo Lorenzo. Innovaban a las plétoras lágrimas de los cien ojos de mis noches, y formábamos la total simbiosis.. Eran, las celestiales estrellas sobre el papel y ¡Me sabían! Reconocían mi grito silencioso, el llanto atropellado, interior e inhóspito, el acerado grito, el desdén en algunos cantos, hasta llegar a escandalizar-me. Fuimos ellas a solas conmigo, yo a solas con ellas, éramos una sola persona ventrílocuas, que hablaban asociadas a una sola correspondencia. La simbiosis perfecta de una vida a retazo, en una realidad casi perenne hasta, que las Perseidas dijeron ¡Te estás pasando! 11.8.2013 Carmen Hernández Rey ©autora extremeña Foto subida del muro de Elementi Pictures   https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10201622494674440&set=a

TARDE...

TARDÉ   Siete día, siete noches   siete montañas, sietes   campos, siete mares   sietes playas...   Siete cielos y siete mil   Millones de infiernos en encontrarte...   Tardé, los infinitos de todos los espacios   en aquellas esperanzas negras,   en los sueños y deseos,   del todo y nada,   en los libros que narran   de dentro hacia las tapas,   los sietes escritos sagrados,   en los encuadernados cuentos   infantiles tardé,   casi la vida misma en hallarte.   encontrándome   Y por tardar, te digo que estuve   ausente y dejé   de buscarte, de amarte,   sentir-te en los ocupados   cielos de nadie,   en los nombres sellados   con firmas sobre las nubes   que esconden los escaparate...   Tarde amor, tardé en saber   tu nombre pero aquel   sabor implícito en   en mi ADN. te allegaste sobre el sol   en mi tarde,   cuando doblé las esquinas de los manteles   sin pan ni aceite...   escond

NUESTROS ABUELOS SON

NUESTROS ABUELOS SON El recuerdo de nuestra historia más cercana, el espejo de lo que un día también nosotros seremos.   Ellos nos hablan de tiempos Difíciles, de la niñez pasada Y de años arañando a la tierra con sus manos, años de hambre, del frio en el campo y las raídas chaquetas de pana marrón, o negra para las fiestas Calles de algarabías, casas sin llaves y vecinos que se saludaban. Nuestros abuelos hablan de la Nacencia, de camas con abolengo y casta, generaciones con arraigo de amor entre sus lanas, De aquellos hogares que olían a campo a trigo y esencia de lavanda Cocina de pucheros, lumbre de carbón y   con alma de aquellos días de fiesta cuando del cerdo se sacrificaba en la festiva “la matanza” Ellos son nuestros abuelos, y tienen su piel arrugada, pelo canoso memorias a veces con faltas, pero nunca olvidarán,   el amor que nos tuvieron, aunque en la boca

TE ENGENDRO HIJA… Mujer

TE ENGENDRO HIJA… Mujer A sabiendas sé que debo parirte que no hay olvido en mi sien, ni, tregua en mi memoria, que en la tuya seré eslabón de tu propia cadena. Y te pariré, arañando mis carnes mordiéndome las palabras sobre los dedos de mis manos, para que veas la luz a golpe de dolor en este útero lleno de amor hecho simientes… Retorcido mi vientre en esos, espasmos locos, ardientes, que abrasan y muerden desperdigados como ráfagas, para hacerte presente y ser que me nace.   Te paro para no hacerte víctima del pueblo y sus las plazas, de mentideros, lugar sin corazón, voz de viejo herrero de balas y metrallas embusteras, Te engendro hija, sin lapidarios de bajas sospechas, calumnia a la carta, vino de negativos adjetivos autócratas gobiernos. Hoy como ayer, asesinos de profetas y poetas, de la sal de la tierra,   ciudades misóginas encubridoras de voces de punta de espadas y met

SI YO PUDIERA... para ellas...

SI YO PUDIERA   Ataría un mar junto al otro,   Continente en manos pondría,   del sur prendería a la estrella   sobre el umbral del norte   Si yo pudiera almohada   de estrellas sin sal haría.     Imaginaría otro nombre,   a mi nombre carpetazo   daría, si con ello pudiese   ser la perfecta   Celestina, que cura heridas… Si pudiera, si pudiera yo,   a Cupido compraría toda   su arquería.   Le apostaría en los juegos olímpicos   donde el amor olvidó sus celosías,   y el mágico espacio del recreo   sin premios, sin heridas   y todo   es anatomía en armonia,   su pudiera yo.     Si yo pudiese hoy, por un día   llamarme, Celestina   olvidar a mi nombre,   hoy el tiro con arco no herraría,   concurriría en este deporte favorito   donde la diana hay corazones   sin heridas.   Si yo pudiera, sería la dueña   de batallas y cerraría,   de los campos a todas   las viejas pugnas,   cerrojo

LILITH... poesia libertaria de la mujer

LILITH   El paraíso reposó sobre ella,   cerró del planeta a sus ecos, la quedó el jardín   en diáspora   interceptadas de las galaxias,   en el mudos cielo de sus destellos.   Para ella se abrió   la veda   de la mentira, y los miedos, enmudeció la “diosa del sol” presa del corsario de los viciados   celos, y ella entre el miedo excarceló a sus sueños, y en la luna escondió: a sus pétalos   a sus estrellas   y a solas con la noche, descerrajó a los tambores   y lo vetustos credos.   Ella es la   Liliht nacida de los   limos, de las cristalinas   moléculas de los Olimpo   primeros... La que regresó de la lluvia Descendidas en cada una de las mujeres y nuestros deseos y sueños,   los dejó en la fuente,   hendidos los quedó   en la gruta del agua   herida del alzhéimer prostimero.   Es ella la Lilith derramada sobre   la sien de la esperanza, en   amamantadores senos a   sol

MÁS SANTAS QUE PUTAS Y MÁS BUENAS QUE MALAS… POESIA LIBERTARIA

  MÁS SANTAS QUE PUTAS   Y MÁS BUENAS QUE MALAS… POESIA LIBERTARIA   Verdad es… tenemos la honra que no quieran   dar   Y, ese trabajo oficial en nuestro el curriculum  vital, ya sea de putas o reputas, buenas o malas y, según sea la mano de la lengua del calígrafo   o el hablante de turno.   Es verdad que seremos santas   o resantas de palmas coronadas en platas  o doradas, y según se precie la santidad   a merecer sin cuestionar   las veces a las que fuimos inducidas   por necesidad o necedad de ser buenas, santas, o martires de palma,  Lo de prostituirnos ya viene en otras manzanas, en los cargos de  muchas “necesidades” malsanas, aunque “los meritos” las más de las veces   sea insubstanciales al mismo al títulos que borda nuestro escudo de casa, o cama.   No es menos verdad que… La bondad y maldad es la lepra que a nuestros nombres y apellidos es ese calco maldito   de aquellos honrados    mentideros,