LA PUJA
Con dolor de cien años
enterrados siguen en la fiesta,
de viejas perras chicas y con faldas
de señoritas buenas, malas y regular
dirán antes de poner el número
de quien todos la quieran
Y, ¿qué harán con quienes quieran
bailar entre ellos y ellas?
con tanto machismo entre la vara
y encomienda?
¿Subasta? la mujer más güena
de remate irá la más fea.
y, entre la más güena y la más fea,
la mediocre que nadie pretende
La puja tiene mayordomos jóvenes,
alcalde obsesos,
y viejos verdes poniendo a su palo
tieso.
Su-basta de jovencitas con etiquetas,
bocas con alcohol y dedos con precio
y alias, p´a lo que quede de año
y entre santos y santos inocentes.
Puja el señor alcalde y su vara de mando,
que luego verá tu cara cuando vayas
con la cartilla del paro.
Puja el señorito de siempre, a ver quien
en la guapa que se niegue.
A ver su-basta a la alcaldesa, mira quien
no puja y baila una polca paraguaya con ella.
Patronatos y diputaciones que solo sirven
para financiar la SU-BASTA de tantas inocentes
votantes que se creen a los partidos políticos
y acuden a fiestas patronales,
que si no es un palo de virgen vestida
es de mártires para martirizarnos.
Puja, puja basta e hilvana
aquel tiempo donde la mujer era libre
fuera de tantos hombres vestidos de patrañas.
Puja por salir dando coces entre las entrepiernas
de tanto fantoches vestidos de trasnoches.
Pobres mujeres de una profunda Andalucía
que puja y puja para liberarse de su-basta
y patriarcal herencia.
28-12-2017
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
Comentarios
Publicar un comentario