LA PAZ
Es un ombligo sediento de labios
tornados en gozo,
sedientos de sentir la humedad
por donde fue cortado.
La paz se rompe en cada mano
que no acecha la profundidad
donde los ojos se cierran para mirar
el universo clonado,
las formas curvilíneas de lunas
menguantes y crecientes como caballitos
alados.
La paz llega tierna y sosegada entre los amantes
sin sombras en nunca
sin finitud de siglos
como mares desgarrándose entre columnas,
los muslos de las Atlántidas de poetas
que amar, amar saben
entre la guerra y la paz
de un amor salvaje.
4.11.2017
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
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