QUIEBRO
Las ramas de mis lirios.
A ti me ato, espigo y cosecho
desde tus cavidades a la esencia
- tan mía-
a la esotérica mandrágora
la baño en el insomnio
de mis ojeras y su toxinas,
de parecidos que no caben
en corazón, ni fluctúan por mis
manantiales de mujer.
Mandrágoras emigran elixir
y luz, de mi cuerpo
a tu obstinación.
Azabache tóxicos
negro asfalto
donde pernotan
-las diferencias-
recomiendo, a las inapetencia
de todas los alucinógenos
públicos, y sus semejanzas
-sin correspondencias-
de ti…
tú… mi esencia,
la esencia, y útero que espera,
desea bañarse en la
recolecta
mandrágora del vástago de Lea,
propiedad danzante y deslumbrante
de tu vientre,
del sueño que despierta
amor aproche de esta fiestas.
Por eso talo, la raíz vibrante de Plinio,
etérea de prójimos,
magia diluviana de estrellas,
liturgia de amor.
Genesis 30; 14
9.6.2016
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
todos los derechos de autora
foto del muro de
Comentarios
Publicar un comentario