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Mostrando entradas de noviembre 30, 2014

HIERE

HIERE La distancia con la presencia y hiérela hasta verla palidecer pidiendo compasión y clemencia Hiere el hastío en el flaco que no espera desengrana la cerradura qué fecha con cien claves cada día nueva...   Roza a la compasión con tu sola presencia retoma el soliloquio de un verso entre lenguas. Hiere... hiere... hiere Al celo que se plasma en sus niñas con tu presente hazte dueña y señora y hiere ese trecho sin presencia ¡hiérelas! hasta verla palidecer pidiendo compasión y clemencia por tu sola presencia Hiere... hiere... hiere la distancia maldita. 30.11.2014 Carmen Hernández Rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora foto del muro de muro de elixir de lesbos

SÚBITA MUERTE

SÚBITA Muerte. Desnuda te deja en medio de un mundo coagulado en la sin-dermis de los corazones. Se hace súbita y te coge desnuda descalza pared sin pared ¿cómo puede ser eso? ¡No lo sé! -Pero es- Es estar viva y de pronto muerta sin enfermedad aparente sin lógica para morir dentro de un mundo que se hace enemigo público y uno. Se puede estar muerta y resucitada al segundo respirar y exhalar los veintiún gramos del alma antes de que la losa se pegue a tu cara. Súbita muerte que se despoja en la mediocridad coagulada en las dermis sin corazones. Por eso... los escupo. 30.11.2014 Carmen Hernández Rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora foto del muro de Frammenti.

TÚ   Me invocas me convocas me provocas me dislocas me emplazas a tomar de ti. Tú Ese trago largo sin aguardos Largo bocado con hielo que resbala por mi piel Sin círculo Con atajos que te llevan al lugar exacto Tú Me invocas Me convocas Me provocas Me dislocas Me emplazas ...A... Tomar de ti Tú. Sin y Con ...TÚ... 30.11.2014 Carmen Hernández Rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora foto del muro de WHITE LADY

MARQUÉ

MARQUÉ     Tu espalda con mi dedo   corazón le imprimí la tinta invisible del aquel -lazo de sangre- nunca pensé poner nueve colas que sirviera para azotar ¡Menos! pensé en aquellos frailes capuchinos y sus cordones pesados por la excedente cuerda ¡Tan solo, pensé! mojo mis dedos en tu espalda hago con ellos los -nudos de sangre- así, será imposible deshacerlos... Y así fue... Retirar mi pulso de tu espalda fue vano intento, en ella cae todo el peso de mis manos de mi piel de mi carne ese pulso intacto en cien mil destellos... Marqué una a una tus vertebras lentamente fui nombrando un rezo lentamente musité una letanía el rosario de todas mis oraciones caben están en tu espalda amarrados en un lazo un -lazo de sangre- 30.11.2014 Carmen Hernández Rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora foto del muro de María Torrelodones