“Vine con un dolor de cuchillada,
Me esperaba un cuchillo a mi venida,
me dieron a mamar leche de tuera,
zumo de espada loca y homicida,
y al sol el ojo abrí por vez primera
y lo que vi primero era una herida
y una desgracia era.” Miguel Hernández
TUERA
Canta el poeta su grito
de vida,
el dolor del acero en vena
y como él mi dolor en manos
revienta en la sangre que clama
y duele
duelen las herida de manos
"rifeñas"
la agresión retornada de incom-pasión
Ótelos-colonos
frutos amargo
Amor-veneno sayón
los sicario como semillas
de tuera.
Vomito en cadena a la "meritum"
que como alacrán nos inocula
debajo de la lengua
aquella, la toxina amarga
de saber buscar amor
con
-mérito del buen amor-
Nauseo, nauseo y vomito el acíbar
de la tuera en mi útero
Me esperaba un cuchillo a mi venida,
me dieron a mamar leche de tuera,
zumo de espada loca y homicida,
y al sol el ojo abrí por vez primera
y lo que vi primero era una herida
y una desgracia era.” Miguel Hernández
TUERA
Canta el poeta su grito
de vida,
el dolor del acero en vena
y como él mi dolor en manos
revienta en la sangre que clama
y duele
duelen las herida de manos
"rifeñas"
la agresión retornada de incom-pasión
Ótelos-colonos
frutos amargo
Amor-veneno sayón
los sicario como semillas
de tuera.
Vomito en cadena a la "meritum"
que como alacrán nos inocula
debajo de la lengua
aquella, la toxina amarga
de saber buscar amor
con
-mérito del buen amor-
Nauseo, nauseo y vomito el acíbar
de la tuera en mi útero