ELLA
o aquello que otros le dejan…
Ella es ese objeto oscuro
del placer,
por el cual se pierden tantas
malas cabezas
¡Dicen las malas Lenguas!
Y yo pregunto,
¿Cómo es posible que una persona
se pierda, cuando ella ofrecen:
amor
placer
sexo
o…
paciencia
¿Perder, perder la cabeza?
¡No disculpe!
Querrán decir ustedes
¡Cremallera!
Esa que cierran sus insignes
braguetas.
Señores de grandes títulos
con escudos en las puertas,
señores de don-talón
y poco seso en las seseras
señor don…
Usted si que pierde la cabeza
Cuando suena campanas de bodas
Sin:
Amor
placer
sexo
amistad
o paciencia
Carillones de tocata y fuga,
tul blanco y presbiterio
firma y cruz
en el dormitorio y sus trastienda.
Ellas siguen siendo lo que son,
aquel ser que las dejan,
ya sea con vender su cuerpo
con firma o sin ella,
de misas y cruz
en los presbiterios de dormitorios
y sus trastienda.
Ella es eso…
Aquello que unos dicen,
aquello que otros le dejan…
Ese objeto oscuro del placer
con la cual ustedes siempre
piensan.
Pero ella es esa mujer...
Ni más santa ni más puta,
aquí, las camas ni altas
ni bajas cuentan
tampoco las misas,
rosarios y polvos… ni sus cuentas.
Lo que sí cuenta -por desgracia-
es aquello que ustedes digan
de ellas.
Si pierden, o no pierden
sus cabezas, o braguetas
señores don.
Ustedes tienen sus reputaciones
por debajo de la cabeza,
Ustedes tienen sus reputaciones
por debajo de la cabeza,
¡Lástima que mujer, santas y putas
por un no día fueran!
Que consten que hoy, soy eso
Que a ti y nadie un carajo
Le importe…
Carmen Hernández Rey
© autora extremeña
Todos los derechos de autora
Foto subida del muro de Ana Laskoswski
Comentarios
Publicar un comentario